¿Vuelo largo? Conoce cómo evitar el jet lag

El jet lag, o trastorno de desfase horario, se refiere a una alteración de los ritmos biológicos de nuestro cuerpo que se produce cuando viajamos largas distancias a través de diferentes husos horarios.

Como me sucedió cuando viajé por 15 horas de Roma a Panamá, incluyendo escalas, y por eso decidí investigar un poco más sobre el tema. Sigue leyendo para conocer cómo evitar el jet lag o reducir sus efectos si ya lo estás padeciendo.

Tabla de Contenidos Ocultar

Síntomas

Consejos para evitar y reducir el jet lag

Antes del viaje

Durante el viaje

Después del viaje

Sobreviviendo al jet lag

Síntomas

Este trastorno se manifiesta principalmente cuando viajamos de oeste a este y puede o no afectar a algunas personas. Cuanto mayor sea la desigualdad horaria entre el origen y el destino, más tiempo de adaptación será requerido. Según los expertos, seis horas de diferencia equivalen a un periodo de adaptación de entre dos y tres días.

Algunos de los síntomas que suelen percibirse son: cansancio, fatiga, dolor de cabeza, insomnio, problemas digestivos, confusión e irritabilidad.

Entonces, ¿cómo evitar o minimizar los síntomas del jet lag?

A continuación, te comparto algunos de los consejos que me han funcionado.

Consejos para evitar y reducir el jet lag

Antes del viaje

Duerme bien la noche antes del vuelo. Seguro sientes mucha emoción, ansiedad y nervios. Aún así, trata de dormir al de siete a ocho horas antes del vuelo. Evita trasnocharte.
Procura hidratarte. Bebe mucha agua incluso varios días antes del vuelo, en especial sí eres de los que no toman mucha agua regularmente. La desihidratación puede empeorar los síntomas.
Cuida tu alimentación. Evita comidas muy condimentadas, procesadas y con mucha grasa. Una dieta saludable siempre es recomendable para evitar los trastornos alimenticios durante y después del viaje.

Durante el viaje

Prepárate para tu nuevo horario. Ajusta tu reloj a la hora de tu destino tan pronto te subas al avión y trata de no dormir hasta que sea de noche en ese lugar. Yo lo he realizado en varias ocasiones y creo que es una de las recomendaciones más sencillas pero más efectivas.
Permanece en tu nuevo horario. Trata de dormir si en el lugar de tu destino es de noche. Si por el contrario, en tu destino es de día, trata de no ceder al impulso de dormir o solo permítete tomar una corta siesta para descansar. De este modo, será más fácil que tu cuerpo se vaya adaptando al horario de tu destino.
Mantente hidratado. Bebe un vaso de agua cada una o dos horas durante el vuelo para protegerte de la deshidratación. Evita el alcohol y la cafeína para no afectar el patrón del sueño.
Levántate y camina. Lleva ropa cómoda y trata de hacer algo de ‘ejercicio’ durante el vuelo. Estira tus brazos y piernas, camina por los pasillos o párate buscar un vaso de agua cada cierto tiempo. Esto te ayudará a estimular la circulación.

Después del viaje

Adáptate al horario local. Si al llegar al lugar de tu destino es de día, haz un esfuerzo por salir a tomar el sol. Es válido que quieras descansar y tomar una siesta pero trata de no dormir hasta que sea de noche. De este modo podrás adaptarte rápido al horario local. Esto aplica también para el horario de las comidas.
Tómatelo con calma. Si decides salir a dar una vuelta, opta por una tranquila caminata para conocer los alrededores de tu hotel o ve a un parque cercano. Es bueno que hagas algo de ‘ejercicio’ pero evita las actividades muy exigentes para no ocasionar mayor desgaste físico los primeros días después de tu llegada.
Mantén una dieta ligera. Es preferible que optes por alimentos ligeros los primeros días y que continúes bebiendo mucha agua. No te saltes el desayuno para mantener tus niveles de energía en óptimas condiciones.

Sobreviviendo al jet lag

Algo que me ha funcionado después de un largo viaje, es que si estoy muy cansada cuando llego al destino me permito tomar una siesta de una hora solo si es antes del mediodía. Si por el contrario, llego en horas de la tarde, trato de quedarme despierta hasta la hora normal de ir a la cama para no parecer un buhó en la noche.